lunes, 17 de noviembre de 2014

La inflación en México y otras economías


El viernes 31 de octubre del año en curso, se llevó a cabo la conferencia de prensa por parte de los Titulares de la Unidad de Planeación Económica de la Hacienda Pública (Ernesto Revilla), la Unidad Política de Ingresos Tributarios (Rodrigo Barros), y la Unidad de Política y Control Presupuestario (Isaac Gamboa) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; el motivo de la reunión fue por la presentacióndel documento “Informes sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública” para el tercer trimestre de 2014.


El reporte anterior está constituido por tres apartados (la descripción sobre la situación económica tanto nacional como internacional; las finanzas públicas, y la deuda pública del Gobierno Federal). En la primera parte, se encuentran los señalamientos sobre el comportamiento en los precios. Destaca las problemáticas que están enfrentando las economías de Japón, la Unión Europea, Estados Unidos y por supuesto, México.


Los dos primeros de la lista están sufriendo por la caída generalizada en los precios, es decir, por la deflación. ¿Por qué es malo o una preocupación? Desde la perspectiva del consumidor, parece que la situación no debería de ser un asunto de alarma porque a quién no le gustaría pagar menos por la adquisición de bienes y servicios. Sin embargo, si la tendencia continúa, los agentes económicos dejarían de comprar hoy, esperando que en el futuro puedan pagar menos, y de esta manera, logran “estirar” su gasto o hacerlo rendir. La dificultad que estarían ocasionando es que las demandas bajarían, las empresas estarían acumulando mercancías o venderían menos; en consecuencia, tendrían que ser más cautelosos –los oferentes- en la solicitud de nuevos pedidos o en la generación de volúmenes de producción (¿para qué seguir amontonando artículos -no tiene caso-?); entonces, la probabilidad de que aumente el no uso de los insumos (trabajo, capital, materias primas) se vuelve una realidad. Y entre éstos, el surgimiento del desempleo (despidos y/o cancelación de plazas) se manifiesta con alarmas y preocupaciones para las autoridades de la política económica, los empleados y la sociedad.


También, los estadounidenses han presenciado una situación similar (tendencia hacia la baja) en el los precios durante los últimos tres años (mediados de 2011 a principios de 2014, después de las problemáticas que implicó la gran crisis de 2009). En contraste, los mexicanos hemos padecido elfenómeno inflacionario;no obstante, las personas que cuentan con edades entre los dieciocho a los treinta años, no conocieron niveles de inflación que casi alcanzaron el 180% (finales de la década de los ochenta); en cambio, ellos han “gozado” con reportes en la variabilidad en los precios que giran en un rango  entre el 3 al 6.7%, inclusive, se ha mantenido en valores de un dígito desde inicios del año 2000.


Esas generaciones nacieron sin saber los efectos que se ocasionan en una economía por la burbuja inflacionaria. Además, el comparativo señala que, cuando menos, se enfrentan otros tiempos –diferentes- que lleva a la conclusión de que el mandato que tiene el Banco de México por lograr una estabilidad de precios, va en la dirección correcta; asimismo, resultado de acciones que se concretaron en su momento como fueron la autonomía de la institución en comento y la entrada en vigor de una nueva unidad monetaria (1993) que se llamó “nuevos pesos”.

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