El Gobernador del Banco de México, Dr. Agustín G. Carstens
Carstens, presentó el Informe Trimestral, Octubre – Diciembre 2014. Este
documento incluye la descripción de las condiciones económicas que se
enfrentaron en México y en el mundo durante el año pasado –con énfasis en el
periodo en comento-. Asimismo, ofrece varios pronósticos en algunas variables (crecimiento,
empleo, inflación, saldo en la cuenta corriente y balanza comercial) para el
país en este 2015 y 2016. Veamos.
En relación con el crecimiento económico para 2015, medido
por la tasa de variación anual del Producto Interno Bruto (PIB), el Instituto
Central lo modificó hacia la baja en comparación con el Informe Trimestral,
Julio – Septiembre 2014. En este reporte se estableció que se esperaría un
rango entre el 3.0 al 4.0 por ciento, en contraste, en la versión más reciente
se maneja un intervalo entre el 2.5 al 3.5 por ciento. Las razones que enlista
el Banco de México para sustentar la disminución son: a) que la economía
mundial, y en particular, la de Estados Unidos no logren el nivel esperado de
crecimiento; b) que siga la volatilidad e incertidumbre en los mercados
financieros internacionales; c) que prevalezca la caída en el precio
internacional del petróleo por razones de sobreoferta, y d) que continúe el
deterioro social en México.
La lista anterior permite plantear los siguientes canales de
causas – efectos que “pegarían” sobre la economía doméstica. Primero, sí los
Estados Unidos no tienen el dinamismo que se esperaría (causa), entonces, los
perdedores serían los exportadores nacionales porque van a vender menos
(efecto). Segundo, sí los ingresos fiscales se mantienen en una trayectoria
hacia la baja por la menor cotización del petróleo (causa), entonces, se
tendría que volver a reducir los gastos que se tenían pensado ejercer por parte
de las autoridades en el aparato gubernamental (efecto). Y tercero, sí los
problemas sociales en Guerrero, Michoacán y Tamaulipas siguen (causas), entonces,
los inversionistas no tendrían los incentivos para fomentar y concretar sus negocios,
y en consecuencia, la generación de empleos (efecto).
Tres de los cuatro componentes que constituyen la demanda
agregada de la economía mexicana podrían ir a la baja (solamente el consumo se
salvaría), y por estas razones, se tiene argumentos para justificar el
pronóstico no alentador. Sin embargo, el Banco de México también expone las
causas que podrían estimular la tasa de crecimiento anual del PIB, entre ellas,
a destacar: a) que la economía vecina del norte logrará un mayor dinamismo por
la disminución en los costos de la energía, y b) que las expectativas de los
inversionistas sean favorables para colocar sus dineros a pesar del ambiente
social.
La descripción anterior invita también a la reflexión sobre
las condiciones en la oferta agregada (no ignóralas o dejarlas de lado). Es
decir, la revisión de la situación en el mercado de la fuerza de trabajo (desempleo,
informalidad, población subocupada); los efectos en el aparato productivo por
la reforma laboral; el impulso o rezago en la productividad; el atraso en la
generación de patentes (investigación más desarrollo); la explotación
sustentable de los recursos naturales; el diferencial entre salarios que se
pagan en Estados Unidos con México, y la lista sigue… Así que, en el estudio
sobre el crecimiento económico resulta importante tomar en cuenta los
componentes de la demanda agregada (consumo, inversión, gasto gubernamental y
sector externo) y la oferta agregada (los insumos para la producción).
(El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática informó que la tasa de crecimiento del PIB para México durante el
2014 fue del 2.1 por ciento. En la próxima entrega se comentará sobre este
tópico).