lunes, 13 de julio de 2015

¿Qué sigue con Grecia?

Una vez concluido el referéndum en Grecia, el resultado que ganó fue el “NO”, es decir, los ciudadanos decidieron –por mayoría- rechazar las condiciones de los acreedores a cambio de recibir la ayuda monetaria por la difícil situación de deuda. Después de este ejercicio democrático, las autoridades helenas llegan con el respaldo popular, político y el orgullo “inflado” para sentarse a las mesas de negociación y volver a discutir propuestas.


Ahora, transcurrida una semana de la votación, Alexis Tsipras (Primer Ministro griego) y su equipo más cercano de colaboradores tienen que elaborar el plan de trabajo para resolver la problemática por la que atraviesan y presentarla a los acreedores quienes la analizarán, y definirán una postura en relación con la misma. Esto ha sido la historia en los recientes días (un “estira y afloja”). Han ganado un poco –pero muy poco- de tiempo, desean superar esta complicada etapa con las mínimas pérdidas y malestares hacia su población (en estos momentos, no pudieron evitar el “corralito” porque si no lo hubieran aplicado, estarían enfrentando una fuga masiva de capitales y dejarían al sistema bancario sin recursos, y en consecuencia a su economía, por eso, las restricciones).


Aprovechando esta tragedia, a veces no es posible evitar las comparaciones para preguntarse en el terreno del “hubiera” por el siguiente planteamiento: ¿qué hubiera pasado con la economía mexicana si el Presidente de la República pone en marcha un ejercicio de consulta durante el sexenio de 1998 - 1994 y dejar al pueblo con la responsabilidad para tomar una decisión como lo han hecho los griegos? Probablemente, hubiera ocurrido una intensa campaña de promoción por el “SI” y habrían resaltado los    desastres por el “NO” –especulando- (¿recuerdan la publicidad por televisión a favor del Tratado de Libre Comercio con América del Norte?). ¿Los acreedores habrían permitido dejar que sucediera este referéndum en el país? ¿O no resulta válido este contraste entre México y Grecia porque las condiciones históricas, económicas, políticas y sociales son muy distantes? En fin…


Regresando a la realidad, continúa la incertidumbre en el mundo y para intensificarla, aparece en el escenario China con una “burbuja” que se está desarrollando en el ámbito bursátil y ante la expectativa del reporte del Producto Interno Bruto para el segundo trimestre del 2015 (las apuestas son que la cifra sobre la tasa en referencia será menor). Mientras tanto, no se ha podido detener la tendencia hacia la alza en la cotización entre el dólar y el peso mexicano que se explica –en parte- por el problema de endeudamiento en Grecia y por no saber cuándo la Reserva Federal iniciará con los incrementos en la tasa de interés en Estados Unidos.


A pesar de todo esto, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que la inflación en el país se ubicó en 2.87 por ciento, al medirse de junio 2014 a este mismo mes del año en curso. Este número manda la señal del “control” en esta variable, no obstante, que cada día se sigue importando más caro (siempre y cuando las transacciones no estén cubiertas). También indica que el impacto o la relación causa-efecto entre el tipo de cambio y la variabilidad en los precios al interior de la economía mexicana no es significativa o trascendente como lo fue en la década de los ochentas y noventas (¡otro comparativo!), en consecuencia, la inflación es explicada –hoy en día- por otras razones más importantes. (Interrogante: ¿cuáles serían?, ¿el avance en la productividad?, ¿las reformas estructurales que están avanzando?, ¿realmente está cambiando la “estructura” que está rompiendo con el ciclo perverso entre dólar-inflación?)



  


No hay comentarios.:

Publicar un comentario