La
semana pasada los miembros del Comité de Operación de Mercados Abiertos
(Federal Open Market Committe) del Banco de la Reserva Federal de Estados
Unidos (FED) se reunieron en cumplimiento de su calendario de trabajo, y
decidieron confirmar –mantener- el intervalo objetivo del 0 al 0.25 por ciento
para la tasa de los fondos federales. Con este anuncio continuarán las
expectativas sobre cuándo sucederán los incrementos, y en consecuencia, se
seguirá postergando el inicio de la etapa de “normalización” en la política
monetaria del vecino en el norte.
Uno
de los argumentos para sustentar la decisión fue que la economía americana tuvo
un crecimiento “moderado”, resultado –en parte- de los difíciles meses que
vivieron durante el invierno. Y el dato más reciente sobre el Producto Interno
Bruto de ese país muestra un “pobre” desempeño al ubicarse en un 0.2 por ciento
para el primer trimestre del 2015 en relación con el mismo periodo de hace un
año. Por lo tanto, todavía no hay señales sólidas de recuperación que sean las
bases para el inicio de una etapa de “bonanza”.
Sí
la FED hubiera permitido la escalada hacia arriba en el costo del dinero, no
sería lo más conveniente –en estos momentos- para los inversionistas porque los
desmotivaría para poner en marcha sus proyectos en la creación de empresas y/o
ampliaciones de sus negocios, por lo tanto, se estaría frenando las
oportunidades de empleo, y en consecuencia, las compras de los consumidores.
Además, necesitan fomentar los gastos de sus residentes para que se impulse a
la demanda agregada, tienen el margen porque la tasa inflacionaria se encuentra
por debajo de su objetivo (2 por ciento) y hay que subirla.
También,
el dólar americano sigue siendo “presa” de la apreciación internacional y el
resto de las monedas sufriendo lo contrario (depreciación). ¡No se ha podido
detener el alza en el precio de la divisa verde! ¡Y el peso mexicano no se
salva de lo anterior! (A pesar de los mecanismos de intervención –venta- de
dólares por parte del Banco de México.) Así que, si la FED hubiese confirmado
en esta reunión de abril el esperado incremento, entonces, se reforzaría el
ansia por la compra del dólar por parte de los no residentes en Estados Unidos,
acentuando la apreciación y conllevaría a que los individuos que viven en este
país se dieran cuenta de que las mercancías en el mundo las pueden comprar más
baratas, gracias a que tendrían que pagar menos dólares por las monedas de
otras naciones; por lo tanto, en lugar de gastar el dinero en su economía, lo
utilizarían en otros lugares y los beneficiados serían los extranjeros –en
entre ellos, los empresarios y los comerciantes mexicanos-. En palabras
técnicas, los americanos están perdiendo competitividad por culpa de la
apreciación general por la que está pasando el dólar.
Asimismo,
el Banco de México tuvo su reunión para decidir sobre el objetivo de la tasa de
interés interbancaria a un día, manteniéndola en el 3 por ciento, en sincronía
con la postura y argumentos de la FED. Tampoco es el momento adecuado para
subirla en la nación azteca.
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