lunes, 22 de septiembre de 2014

Cátedra “Banco de México” y la educación financiera

Este 12 de septiembre del presente año, inició el curso denominado “Cátedra Banco de México” en las instalaciones de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Está dirigido a los estudiantes de la Maestría en Economía Matemática y a los catedráticos, quienes imparten materias relacionadas con el quehacer de la banca central en el país. A través de diez sesiones (conferencias), se pretende alcanzar el objetivo que de que los asistentes se familiaricen con las actividades fundamentales que lleva a cabo la institución en comento, y cómo sus tareas influyen en la macroeconomía, en el sistema financiero, y en el desarrollo de una economía. Las pláticas estarán a cargo de especialistas quienes laboran en el Banco de México (Banxico).

La “Cátedra Banco de México” surgió por la iniciativa del Ex-Subgobernador del Banxico y economista Everardo Elizondo Almaguer. Su propósito, y que sigue vigente aún, era devolverle a la academia y a la esfera universitaria, el esfuerzo y la dedicación en su formación profesional. El Mtro. Elizondo es egresado de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Un aspecto importante que se destacó durante la primera de diez sesiones de este curso fue el tópico sobre la educación financiera en México. Desafortunadamente, no hay una cultura o una base de conocimientos sobre la normatividad, el funcionamiento y los beneficios que se podrían obtener de las organizaciones que constituyen el sistema financiero nacional.

Una primera problemática que se tiene es que los usuarios que puedan “disfrutar” de recursos monetarios excedentes (una vez que cubren sus necesidades básicas para la sobrevivencia y la convivencia), no los emplean en opciones de inversión que les permiten recuperar el monto inicial apostado más una ganancia. Lo que se acostumbra es guardarlos en casa, en el clásico “debajo del colchón” porque es lo más seguro y se tiene una disponibilidad inmediata de efectivo. Además, asignarlo a una cuenta de ahorro, no es lo más conveniente por la baja tasa de interés (pasiva) que se ofrece.

Sin embargo, guardarlo en el colchón resulta peor que entregarlo a una institución del sistema financiero. Ciertamente, no se gana “mucho”, pero cuando menos, sí se invierte en algún instrumento que ofrezca como rentabilidad –mínimo- la tasa de variación de los precios en una economía (inflación), no habría pérdida en el poder adquisitivo del dinero. Para ejemplificar lo anterior, se explicará que si alguna persona dispone de cien pesos, sino los utiliza en la compra de un bien y/o servicio, los puede guardar en la alcancía y mantenerlos ahí por dos meses; durante este tiempo, esa cantidad monetaria ha perdido valor debido a la inflación registrada en ese lapso. Es decir, la persona con esos cien pesos, comprará menos después de que decidió romper el “cochinito” y emplearlo para cubrir una necesidad.

Una estrategia, emprendida por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para combatir la escasa cultura en la materia referida, es la creación y promoción del portal en Internet sobre los cetes directo, e inclusive, puso a disposición del público infantil la de cetesdirecto niños. La intención es que la población en el país, se familiarice con el mundo de los instrumentos financieros; y que puedan “abrir” o “experimentar” con una inversión con el monto mínimo de cien pesos.


Igualmente, Banxico organiza concursos que tienen el propósito de que los estudiantes “despierten” su curiosidad por ese mundo de las finanzas privadas. 

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