El
Presidente de la República entregó a la Cámara de Diputados, para su análisis, la
iniciativa denominada “Ley para Impulsar el Incremento Sostenido de la
Productividad y Competitividad de la Economía Nacional”. Este documento hace
énfasis sobre las políticas públicas para fomentar ambas variables, las cuales
son fundamentales para el crecimiento y el desarrollo de toda economía, y en
consecuencia, para el bienestar de la población.
Durante
la presentación de la propuesta a través de una conferencia de prensa,
encabezada por el Secretario de Hacienda, el Secretario de Economía y el
Presidente de la Comisión de Competitividad de la Cámara de Diputados,
advierten sobre los retos que se tienen que enfrentar en el país y que son las
razones de ser de la iniciativa (la lista que se describe a continuación
–obviamente- no agota las preocupaciones nacionales):
a)
La baja productividad.
b)
La pérdida en competitividad. En este inciso, el referente es el reciente reporte
que elaboró el Foro Económico Mundial; llama la atención que México bajó seis
posiciones en la Escala Global de Competitividad 2014-15
c)
Los altos niveles del comercio informal. En la conferencia de prensa, se
comentó que los lineamientos para disminuir esta problemática y contenidos en
Ley que es el tema de esta entrega, se complementarán con la estrategia de
“Crezcamos Juntos” (esta última se
anunció a principios de septiembre del año en curso).
d)
El rezago en el poder adquisitivo de la población. Recordar el debate sobre el
incremento en el monto del salario mínimo que inició el Jefe de Gobierno del
Distrito Federal, y habrá que estar al pendiente sobre cómo terminará este
asunto para finales de este año.
e)
Los niveles de pobreza. A propósito de la desigualdad económica que existe en el
país, apareció un comunicado de Meath-X
y UBS que señalan que el número de
mexicanos con fortunas superiores a los mil millones de dólares, pasó de veintidós
a veintisiete, ¡hay más millonarios! Ciertamente, no fue un incremento
significativo si se compara con el total de la población (más de 112 millones),
según el Censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) del
2010. Sin embargo, persiste la situación de que unos cuantos acumulan riquezas,
en contraste, muchos tienen poco.
f)
La falta de financiamiento. Importante volver a reiterar que la principal
fuente de préstamo para los empresarios son sus proveedores, y la escasa
educación financiera de la gente.
g)
No aprovechar la oportunidad histórica que se está viviendo en la nación en
relación con el llamado bono demográfico. Esta condición significa que en los
próximos años, la población en edad para incorporarse al mercado laboral
alcanzará su máximo nivel, en consecuencia, se contará con el ejército de
trabajadores más grande; posteriormente, tenderá a la baja y su lugar será
ocupado por la población de la tercera edad.
Por
lo tanto, hay serias problemáticas que la iniciativa en comento enfrentará. Así
que, buscará:
i)
Alentar los esfuerzos de trabajo en equipo entre el Estado y la iniciativa
privada.
ii)
Que el Comité Nacional de Productividad –creado en mayo de 2013- ocupe una
posición significativa y protagonista en la operatividad de la propuesta en
referencia.
iii)
Que se tenga una verdadera política de Estado en fomento de la productividad.
iv)
Que las micro, pequeña y medianas empresas se incorporen a las cadenas
productivas.
v)
Revertir el crecimiento sostenido de las importaciones.
vi)
Contemplar un horizonte de planeación a veinte años; respetando los retos y
necesidades que enfrentarán las futuras administraciones federales durante este
periodo.
vii)
Disponer de instrumentos que brinden certeza en relación con los objetivos,
estrategias y acciones de la Ley.
viii)
Hablar en términos de una política de fomento económico (integral), y no
limitarse a una industrial –de corto alcance o enfoque-.
ix)
Invertir en capital humano, ciencia y tecnología.
x)
Establecer mecanismos de seguimiento para una continua evaluación y rendición
de cuentas.
xi)
Las áreas estratégicas serán el sector primario y el turismo.
En
alguna ocasión, un representante de la Comisión Económica para América Latina
(CEPAL), dijo –palabras más o menos- que las economías latinoamericanas se
caracterizan –abusan- de los documentos rectores (planes, programas, escritos,
propuestas, etc.) en su planeación. ¡Esperemos que no sea el caso!
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